lunes, 23 de noviembre de 2009

Geógrafos de la prehistoria

Piedra con el mapa de Abauntz. (Journal of Human Evolution).

Piedra con el mapa de Abauntz. (Journal of Human Evolution).


23 de noviembre de 2009.- Nuestra especie utiliza los planos, y ahora también el GPS, para poder llegar a los sitios de manera más eficaz y rápida. La cartografía históricamente ha sido esencial para reconocer el territorio. Guiados por mapas, por croquis, se pueden organizar desplazamientos que de otra manera resultan penosos. Desde el origen de la vida, los organismos han sido guiados por señales físicas y químicas, pues éstas han permitido la transmisión por movimiento o explicación a nuestros congéneres de especie.

El descubrimiento y publicación en el Journal of Human Evolution de los hallazgos de la cueva de Abauntz, en Navarra, de un bloque de caliza con un grabado reproduciendo un paisaje y fauna, representa un documento único en Europa Occidental. Este mapa, de 13.660 años de antigüedad, indica que el 'Homo sapiens' que vivió en estos territorios durante el periodo Magdaleniense tenía unas capacidades de conocimiento geográfico práctico muy avanzadas.

La cueva de Abauntz, de pequeñas dimensiones, es un yacimiento que presenta una secuencia estratigráfica que abarca el Paleolítico medio y superior hasta la edad del Bronce. Esto quiere decir que, seguramente, estaba situada en un lugar estratégico y por eso tiene una amplia ocupación humana, a pesar de no ser una gran cavidad.

El estudio de los bloques de caliza ha permitido al equipo de la Dra. Pilar Utrilla establecer la hipótesis de que la cueva fuera un lugar de ocupación de corta duración mientras realizaban las largas partidas de caza y que el bloque número 1, exhumado por los arqueólogos que excavan este yacimiento, pudiera representar un croquis hecho por los homínidos que las protagonizaban.

Gracias al uso del escáner y del microscopio, han podido averiguar la secuencia constructiva del mapa representado. Ubicados en la cueva, se constatan en él los lugares de aprovisionamiento de materias primeras, agua, caza y refugio. Estos materiales grabados fueron descubiertos asociados a un hogar junto a los instrumentos que utilizaron para llevar a cabo los objetos de arte mobiliario.

Resulta sorprendente que nuestra especie siempre haya tenido en su mente la representación espacial como forma de localización en un territorio. Esta capacidad se suma a la destreza plástica de los artistas de finales del Paleolítico superior. Arte y ciencia se dan la mano desde tiempo inmemorial. De esta manera, podemos entender el progreso social de los humanos: un gran sustrato de conocimiento está presente a lo largo de toda nuestra evolución.

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