sábado, 17 de octubre de 2009

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El Hubble capta el violento choque de dos galaxias
La colisión de dos galaxias captada por el Hubble / NASA-ESA
Actualizado Miércoles, 14-10-09 a las 10:36
El telescopio espacial Hubble continúa enviando imágenes sorprendentes. Una de sus últimas fotografías muestra lo que parece una simple galaxia en espiral, muy similar a nuestra Vía Láctea, pero en realidad es mucho más que eso. Se trata del encuentro violentísimo, a gran velocidad, de dos galaxias que colisionan entre sí. El choque cósmico ha originado un nuevo núcleo, llamado NGC 2623 o Arp 243, situado a 250 millones de años luz en la constelación de Cáncer. Un nombre muy frío para un fenómeno provocado por una fusión tan caliente.

Estos abrazos no son tan extraordinarios. Más o menos, todos cumplen con un guión parecido: las galaxias se aproximan y grandes cantidades de gas son arrastradas desde cada una de ellas a la otra hasta que las dos se fusionan en un gigante masivo. En la imagen, el Hubble ha captado una de las últimas fases del proceso. Del núcleo a punto de fusionarse salen dos largas colas de brillantes estrellas. La más baja está ricamente poblada de cúmulos estelares, un centenar de ellos encontrados en estas observaciones. Estos cúmulos son más brillantes que los que vemos en nuestra vecindad y albergan estrellas muy jóvenes en etapas tempranas de su evolución.
Barnard es una galaxia enana e irregular que contiene alrededor de 10 millones de estrellas

Ésta es nuestra galaxia vecina
En la imagen, la pequeña galaxia vecina Barnard / ESO
Actualizado Jueves, 15-10-09 a las 10:28
El Observatorio Europeo Austral (ESO) captó desde el norte de Chile una nueva fotografía de la pequeña galaxia vecina Barnard, también conocida como NGC 6822, informaron hoy fuentes de esa institución.
Para poder captar la imagen, los científicos utilizaron el «Wide Field Imager» instalado en el telescopio MPG/ESO, de 2,2 metros, ubicado en el centro de observación astronómica de La Silla, en la región norteña de Coquimbo.
La galaxia de Barnard se sitúa a una distancia relativamente corta de la Tierra, de unos 1,6 millones de años luz, y esmiembro del Grupo Local, el archipiélago estelar en el que también se encuentra la Vía Láctea.
Apodada con el nombre de su descubridor, el astrónomo norteamericano Edward Emerson Barnard, los astrónomos clasifican NGC 6822 como una galaxia enana irregular debido a su forma rara y tamaño relativamente diminuto en relación a los estándares galácticos.
La galaxia Barnard tiene un tamaño similar a una décima parte de la Vía Láctea, y contiene alrededor de 10 millones de estrellas, cifra muy lejana de los 400.000 millones de estrellas que los astrónomos calculan que hay en nuestra galaxia.
«Las nebulosas rojizas presentes en esta imagen revelan zonas de activa formación de estrellas, donde las nubes de gas cercanas son calentadas por nuevas estrellas calientes», sostienen los astrónomos en un comunicado.
Entre los elementos retratados, los científicos destacan la burbuja visible en la parte superior izquierda de la imagen, en cuyo centro «un puñado de ardientes estrellas envía oleadas de materia, que aplasta el material interestelar que las rodea y genera una estructura que nosotros distinguimos como un anillo».

Actualizado Viernes, 09-10-09 a las 18:05
Buenas noticias para la seguridad del planeta. Apophis, el gigantesco asteroide del tamaño de dos campos y medio de fútbol, el que hasta ahora se creía tenía más probabilidades de impactar contra la Tierra en 2036, no representa una amenaza tan grande. Científicos de la NASA han calculado de nuevo la trayectoria de la super roca y el riesgo de una colisión es seis veces menor de lo que se creía. Sin embargo, el respiro es temporal. El asteroide tendrá una nueva oportunidad de ponernos nerviosos desconocida hasta ahora. Ocurrirá en 2068. Entonces habrá un posibilidad de choque de tres entre un millón, un dato que, afortunadamente, podría verse reducido a medida que se adquiera más información sobre su órbita.
Los investigadores Steve Chesley y Paul Chodas, del Jet Propulsion Laboratory en Pasadena (California), presentarán hoy estas conclusiones en una reunión de la División de Ciencias Planetarias para la Sociedad Astronómica Americana en Puerto Rico. «Apophis ha sido uno de los cuerpos celestes que ha capturado el interés público desde que fue descubierto en 2004», recuerda Chesley. Mucho se especuló desde entonces sobre un apocalipsis provocado por este meteorito, de casi 500 metros de diámetro y más de veinte millones de toneladas de peso. Se creía que la posibilidad de un impacto era de una entre 45.000, suficiente para que expertos de la NASA y Naciones Unidas se tomaran la amenaza muy en serio.
No se libra nadieDe llegar a producirse, el 13 de abril de 2036 el objeto caería probablemente en el agua, en cualquier lugar a lo largo de una franja que cruza en diagonal el Océano Pacífico, desde Siberia hasta las costas sudamericanas. No nos salvaríamos. Su enorme energía equivalente a más de cien mil bombas atómicas como la de Hisroshima sería suficiente para provocar tsunamis de varios cientos de metros de altura. Unas olas impresionantes aplastarían las costas de varios continentes. Esta pesadilla es ahora un escenario remotísimo. Apophis pasará a 32.600 kilómetros de la superficie de la Tierra, más cerca que la mayor parte de nuestros satélites de comunicación y meteorológicos. Sin embargo, los nuevos cálculos obtenidos con técnicas computacionales reducen la probabilidad de un armagedón a cerca de cuatro entre un millón (una entre 250.000). Todavía hay riesgo, pero es «significativamente menor».
La mayoría de los datos que permitieron actualizar la órbita de Apophis provienen de las observaciones de Dave Tholen y sus colaboradores, de la facultad de Astronomía de la Universidad de Hawai en Manoa. Tholen estudió minuciosamente cientos de imágenes inéditas del cielo nocturno realizadas con el telescopio de más de dos metros de la institución, situado cerca de la cumbre de Mauna Kea, un lugar de ensueño para mirar las estrellas. El Observatorio Steward de Arizona y el de Arecibo en Puerto Rico también proporcionaron información.
El asteroide Apophis esquivará la Tierra en 2036 pero volverá 32 años después
Apophis fue descubierto el 19 de junio de 2004 / UH-IA
De nuevo, en 2068Pero Apophis parece querer quitarnos el sueño sea como sea. Los cálculos más precisos han permitido conocer que volverá a acercarse a nuestra bola azul en 2068, con una probabilidad de impacto de tres entre un millón, un dato que podría verse reducido a medida que se conozca más sobre la órbita del meteoro. Antes de todo eso, la primera visita de Apophis será el 13 de abril de 2029. En esa fecha, se creía que la probabilidad de un impacto era del 2,7%. Ahora, se estima que es completamente nula. Pasará a no menos de 29.450 kilómetros sobre la superficie de la Tierra, un acercamiento récord pero inofensivo. «Podemos mirar a Apophis como una posibilidad emocionante para la ciencia y no como algo que se deba temer», ha afirmado Don Yeomans, director del programa de Objetos Cercanos a la Tierra en el JPL.
Yeomans invita a todos los interesados a conocer el seguimiento que la NASA hace de asteroides y meteoritos en el «Asteroid Watch» (algo así como el vigilante de asteroides), un sitio de internet donde encontrar toda la información científica respecto a estos objetos espaciales, con fotografías, vídeos y hasta una cuenta de Twitter para que los aficionados a estos fenómenos puedan estar siempre informados.

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